miércoles, 11 de septiembre de 2013

                                           El mejor  día de mi vida hasta ha hora 

Todo empezó un  24 de octubre, en donde mi papa tenía planeado llevarme al estadio Cuauhtémoc para presenciar el partido Pumas vs Puebla.
Dicho día salimos a las 5 de la mañana de mi casa para ir a la terminar de autobuses de Teziutlán salimos aproximada mente a las 5:30 de Teziutlán para llegar aproximadamente a las  7:00 de la mañana. Iba muy entusiasmado pues sería mi primer partido además vería al equipo al que yo le he ido desde siempre, al que he visto por televisión, del que se me grandes cosas y me ha dado muchos momentos agradables, yo esperaba verlos sentía mucha emoción y un poco de ansias, porque podría apreciar un gran espectáculo de fútbol.
Llegamos a la Capú y mi papa me llevo a desayunar, salimos de ahí y tomamos un taxi para que nos llevara al estadio, el taxista era muy amable y en el trayecto me contó que era aficionado de los pumas y que me veía  en mi rostro algo muy familiar dice que me parecía a él cuando su papa lo llevo un estado, me dijo que el sintió una gran emoción, al igual que yo su papa también lo llevo al estadio, me dijo que disfrutara cada momento que estuviera ahí que gritara todo lo que quisiera y que hiciera todo lo que yo quisiera que sea una experiencia única y especial muy difícil de olvidar, le dije que muchas gracias y que así seria. Mi padre solo sonreía y me decía que ese día seria algo agradable.
 Por fin llegamos al estadio sentí emoción, fuimos a compara los boletos para el partido, estuvimos formados un largo tiempo, después un señor me dijo que me para en un barda, la barda tenía un raya pintada y el señor me dijo que ya me podía ir con mi papa, por ese momento en mi mente paso que si yo no llegaba a la raya no podría pasar al estadio entonces me pare de puntitas y le llegue y ya mi papá le dijeron que tenía que pagar mi boleto. Mi papá me explico después que si  no le llegaba a la raya si podía pasar al estadio me pusieron ahí porque si yo era más pequeño que la raya mi papa no pagaría mi boleto.
Dimos un recorrido por todo el estadio y entonces avía un señor vendiendo cosas deportivas: jersey ‘s, balones, gorras, guantes de portero y banderas, yo le pedí a mi papá que me compra una bandera de los pumas, la bandera era grande en colores azul y oro. Entonces ya era hora de entrar al estado tuvimos que pasar con unos policías que nos checaran que no lleváramos  ningún objeto peligro por nuestra seguridad y los demás espectadores y entonces me pidieron la bandera y me dijeron que le tenían que quitar el palo de la bandera por cuestiones de seguridad y que al término del partido me lo darían.
Comenzó el partido nos sentamos al verlo, estábamos sentados en la zona verde del estadio el equipo Poblano atajaba en ese lado del estadio, por fortuna pudimos apreciar a jugadores como Leandro Augusto, Darío Verón. Termino el primer tiempo, los jugadores salieron de la cancha, mi papa y yo aprovechamos ese tiempo para platicar el me dijo que como me sentía que si me sentía a gusto, si quería algo, le dije que era el mejor día de mi vida lo abrase y le dije que lo quería mucho y que ese día siempre lo recordaría. Más tarde le pedí una botella de agua con tanto grito que daba en el estadio mi garganta necesitaba refrescarse. Comienzo del segundo tiempo, y observe que en la parte superior de donde nos encontrábamos avía muchos aficionados de los Pumas cantando, le pregunte a mi papá que quien eran ellos mi papa me contesto que ellos eran la porra de los pumas y se llamaba la ‘’Rebel’’y eran los que alentaban al equipo, a donde fuera el equipo iban ellos, Cantaban muchas cosas y yo me sabia alguna que otra entonces cantaba con ellos y mi papá solo me observo.
Pumas anoto tres goles los cuales grite y me emocione mucho al verlos lamentable mente les metieron dos, termino el partido y los jugadores de pumas dieron las gracias a sus seguidores y por ultimo fueron a donde nosotros estábamos y puede ver a muchos jugadores muy cerca.
Salimos del estadio y le dije a mi papa que fuéramos a recoger el palo de la bandera y fuimos a donde nos dijeron que los fuéramos a recoger y nos dijeron que se avían perdido y entonces nos fuimos. Después de tanto grito, reír, cantar, saltar, etc. Nos dio hambre y fuimos a comer unas cemitas. Fuimos otra vez a la terminal para tomar de nuevo el autobús, todo el camión iba hablando con mi papa del partido de lo que hicimos y de lo que hacían demás, también de lo nuevo que aprendí de fútbol de cómo eran los jugadores.
Llegue a mi casa le conté a mi mama de todo lo que nos avía pasado, ella muy contenta me escucho, mi mama me dijo que todo era muy interesante pero que ya demasiado tarde y que ya me tenía que ir a dormir, fui con mi papa y le di las gracias por regalarme un día inolvidable, y le dije que lo quería mucho. 

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