“UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE”
Me
llamo Estefanía Rodríguez Mirón soy de estatura media, tengo el cabello largo,
negro y ondulado, mis cejas que son del mismo color de mi cabello están
pobladas, mis ojos son café oscuro y soy apiñonada. El suceso más importante de
mi vida fue cuando me coronaron como la reina del estudiante por promedio 2013
de la Escuela Secundaria “Netzahualcóyotl “de Zaragoza, Puebla. El gran día fue
el 21 de junio, entonces así comenzó: me desperté estaba nublado y lloviendo,
salí de mi recamara al baño para tomar una ducha, después de cierto tiempo
regrese al cuarto a cambiarme y peinarme
para irme al salón de belleza acompañada por mi mamá, por lo tanto
desayunamos, más tarde me cepille los dientes, salí del baño encaminándome
hacia mi madre, que ya me estaba esperando en la puerta, nos subimos al auto,
el cual ya estaba abordado por mi papá, para llevarnos a la estética, por lo
tanto lo arranco, condujo a la carretera rumbo a tlatlauqui. Cuando íbamos ya
en camino, la música sonaba a todo volumen por la alegría que sentíamos,
después de 10 minutos por fin llegamos a tlatlauqui donde tomamos la ruta hacia
la estética, ya afuera, tocamos el timbre, nos abrió la estilista, como el
lugar es de doble planta subimos las escaleras; ya en el segundo piso, mi mama
cogió un asiento y yo me senté en el sillón para peinar; así que la estilista
me peino y maquillo, después de una hora, mi padre sonó el claxon, pues ya nos
estaba esperando; le pagamos a la estilista y le dimos las gracias, bajamos las
escaleras abrimos la puerta y nos subimos al auto, así que lo encendió para regresarnos
a Zaragoza, después de cierto tiempo llegamos, ya estando afuera de la casa,
tocamos el timbre por lo tanto nos abrió mi hermana, me dirigí corriendo a mi recamara,
pasando por el cuarto de mis padres, donde me puse el vestido que me compraron
al igual que las zapatillas de mi color favorito, así como también los accesorios:
aretes, pulseras y anillos; salí de la recamara, fui a la sala mientras que mis
hermanos se arreglaban, los espere, más tarde salimos de la casa, nos subimos
al auto y nos encaminamos hacia el salón de fiestas “Tajín”. Mi papá estacionó
el coche, nos bajamos, cruzamos la calle y nos introdujimos al salón. Al
entrar, me puse muy nerviosa y salude a las maestras y a toda la corte real.
Después de un tiempo comenzaron a llegar los compañeros de los diversos grados
y grupos, en efecto se dirigieron muy contentos a las escaleras, haciéndonos
una vaya que llegaba hasta la pista de baile, en seguida comenzó el evento,
primero presentaron a las princesas y a sus acompañantes, donde todos aplaudieron,
y finalmente me presentaron como la reina del estudiante por promedio ante todo
el alumnado y también a el rey, así que bajamos las escaleras y nos trasladamos
hasta el trono, donde me senté, entonces mi maestro de historia y el director
de la escuela nos dirigieron unas palabras tan bonitas que jamás olvidare en mi
vida, llegando a tal grado de conmoverme pues los nervios los tenia a punto de turrón,
posteriormente nos felicitaron, para concluir coronaron primero a las princesas
y por ultimo a mí, en ese momento la emoción me invadió por completo y todos los
recuerdos afloraron en mi mente de esos tres años de esfuerzo, dedicación y
trabajo; de esta manera se dio por iniciada la disco, así que de inmediato me dirigí
al centro de la pista y comencé a bailar con mis amigas y compañeros todos muy
contentos disfrutando al ritmo de la música, divirtiéndonos como nunca en esos
instantes tan maravillosos de nuestra existencia. Al cabo de un buen rato
concluyó la disco, porque la banda musical de la escuela nos estaba esperando
afuera del salón, por lo tanto salimos e iniciamos el desfile real por las
principales calles de Zaragoza que tuvo como paradero la escuela, cuando
llegamos nos subimos al templete y los compañeros en las gradas nos empezaron a
hacer porras, posteriormente el director nos dijo unas hermosas palabras de
agradecimiento a la vez exhortando a toda la comunidad estudiantil a seguirse
preparando para la vida y cumpliendo con todo lo que la escuela exige; y con
esto se dio por terminado el tan aclamado “Día del Estudiante” que todos en el
ciclo escolar esperábamos con ansias pues era el único día en que éramos libres
de las exigencias escolares; así que bajamos
del templete, y me despedí de mis
amigas, compañeros y familiares que estuvieron conmigo ese día, de los cuales
recibí abrazos y felicitaciones llenos de afecto y amor, nos tomaron fotos y salimos
de la escuela llenos de alegría, para posteriormente seguir festejando de esa
maravillosa tarde en familia degustando de una exquisita comida. En resumen,
fue una experiencia inolvidable que mantendré en mi memoria a lo largo de mi existencia; ese momento fue
algo sumamente divertido, único y especial, me llena de orgullo cada vez que lo
recuerdo y espero algún día volver a experimentarlo.
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